En el marco del ciclo "Desafíos Metropolitanos" del Instituto de Desarrollo Regional (IDR), el secretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Nicolás Mijich, y el ingeniero especialista en recursos hídricos Gustavo Villa Uría, reflexionaron sobre los complejos desafíos de la gestión hídrica y ambiental en el Área Metropolitana de Rosario. Ambos subrayaron la necesidad de estrategias coordinadas y soluciones innovadoras que aborden los problemas de escasez y los eventos extremos que amenazan al territorio, en un contexto de expansión urbana desordenada y creciente demanda de servicios básicos.
El Contexto: Cambios en el Clima y Expansión Urbana
La crisis climática y la transformación del entorno natural fueron algunos de los temas centrales. Según Villa Uría, la gestión hídrica debe partir de una visión holística que considere tanto el cambio en los ciclos de agua y su impacto en el entorno como las tendencias de urbanización descontrolada. El ingeniero señaló que fenómenos como el Niño y la Niña, que generan sequías y lluvias extremas, están afectando cada vez más las cuencas de los arroyos Ludueña, San Lorenzo y Saladillo. Estos fenómenos exigen no solo infraestructura adaptada, sino también una gobernanza hídrica efectiva que abarque a todos los actores, ya que “las soluciones tradicionales no alcanzan en contextos de cambio climático”, subrayó.
Por su parte, Mijich indicó que la gestión integrada de cuencas no es un "lujo", sino una necesidad para proteger el crecimiento ordenado de las áreas urbanas. “Las cuencas deben ser gestionadas como un todo, sin improvisación y con un claro enfoque en la sostenibilidad”, comentó. Ambos coincidieron en que este enfoque debe aplicar estrategias que integren la protección del medio ambiente, el desarrollo económico y la seguridad de las comunidades.
El Reto del Ordenamiento Territorial y la Infraestructura
El crecimiento demográfico y el aumento de la urbanización han cambiado drásticamente el uso del suelo en el Gran Rosario, y en áreas metropolitanas cercanas, lo cual añade presión sobre los servicios públicos y la infraestructura. Villa Uría y Mijich destacaron que el desarrollo de barrios y centros industriales ha modificado la hidrografía de la región, eliminando superficies permeables y aumentando el riesgo de inundación en periodos de lluvias extremas. “Estamos ante la aparición de ‘bombas de tiempo ambientales’ debido a la falta de planificación y regulación del uso de suelo”, expresó Villa Uría, destacando que el crecimiento descontrolado de la urbanización es una amenaza constante para el equilibrio ambiental.
Una de las principales preocupaciones es la presión que ejercen las nuevas urbanizaciones de alto nivel en el área metropolitana sobre los servicios hídricos. Como destacó Mijich, “la infraestructura actual no fue pensada para una demanda tan alta; su capacidad ya está sobrepasada”. Las obras de conducción de agua y tratamiento de efluentes, esenciales para el funcionamiento de estas zonas, son insuficientes para el volumen de agua que actualmente consumen y los residuos que generan. Ambos expertos abogaron por un plan de desarrollo urbano que respete las áreas de riesgo hídrico y mantenga espacios verdes estratégicos como elementos que reduzcan la presión hídrica en zonas habitacionales y permitan absorber el agua en eventos de lluvias intensas.
Gobernanza Hídrica: Un Enfoque Multisectorial y Sostenible
La gobernanza hídrica adecuada debe, según los especialistas, incluir un enfoque interjurisdiccional que permita a diferentes niveles de gobierno y sectores privados trabajar de manera articulada. Villa Uría planteó que la creación de un sistema de información pública accesible y basado en datos precisos es fundamental para tomar decisiones en tiempo real y para la prevención de desastres. “Sin datos precisos, estamos a ciegas, y sin la participación activa de los ciudadanos y el sector privado, será imposible gestionar estos recursos de manera efectiva”, indicó.
Mijich amplió el tema al destacar que cualquier estrategia de gobernanza debe considerar la Cuenca como unidad de planificación y protección. “Santa Fe cuenta con una normativa de áreas de riesgo hídrico, pero esta normativa debe actualizarse cada década y basarse en datos que reflejen la realidad actual. Hoy, la tecnología nos permite un nivel de precisión que antes no era posible, y debemos aprovechar esto para gestionar de manera sostenible los recursos hídricos y el territorio”, explicó.
Además, ambos expertos coincidieron en la necesidad de evaluar la plusvalía de los desarrollos urbanos y destinar parte de los recursos generados por el sector privado a la mejora de la infraestructura pública. Villa Uría sugirió la creación de fideicomisos que canalicen fondos de las empresas hacia proyectos de mitigación de riesgos y sostenibilidad hídrica, lo que permitiría una financiación sostenible para las obras necesarias sin cargar el costo exclusivamente al Estado.
Planificación y Educación para Enfrentar la Crisis Hídrica
Para los especialistas, la educación y concienciación sobre el manejo del agua son aspectos esenciales. Según Villa Uría, “nuestras generaciones actuales saben menos sobre el uso y cuidado del agua que nuestros abuelos, y eso debe cambiar”. La participación ciudadana es clave para adoptar prácticas de consumo responsable, mientras que los actores privados también deben comprometerse con prácticas de gestión ambiental que minimicen el impacto de sus actividades en los recursos hídricos y en el suelo.
Asimismo, Mijich señaló que la planificación debe centrarse en soluciones basadas en la naturaleza, en las cuales los espacios verdes y las áreas protegidas puedan reducir el efecto de la isla de calor en las ciudades y mejorar la absorción de agua durante lluvias extremas. Este enfoque, afirmó, no solo protege el medio ambiente, sino que reduce la carga sobre la infraestructura de la ciudad, convirtiéndose en una inversión rentable a largo plazo.
Un Llamado a la Acción
En sus palabras finales, ambos expertos subrayaron que las cuencas no son entes aislados y que la coordinación es el único camino hacia una gestión hídrica eficaz y sostenible. Los gobiernos locales deben adoptar una perspectiva a largo plazo, apoyada por un marco normativo más sólido y una educación ambiental inclusiva. Villa Uría y Mijich invitaron a los municipios y provincias a sumarse a la planificación integrada, entendiendo que el uso de recursos hídricos no es solo una cuestión técnica, sino una responsabilidad compartida.
La sesión concluyó con un llamado a transformar el sistema hídrico y de planificación territorial del AMR en un modelo de resiliencia y adaptación. Al priorizar la sostenibilidad y la gestión inteligente del agua, la región puede enfrentar los desafíos climáticos y urbanísticos de manera más efectiva, reduciendo el riesgo para sus ciudadanos y asegurando un futuro más seguro y equilibrado.